¿Qué hay detrás de las predicciones catastrofistas de la hostelería?
Los intereses de las tabaqueras son muy claros: "la habilitación de zonas para fumar tiene menor impacto en nuestra cuenta de resultados" dicen literalmente. La ecuación: "prohibición total = ruina económica" no tiene credibilidad aunque se repita mil veces.
En 2005, la Federación Española de Hostelería (FEHR) presionó de forma extraordinaria para que la Ley del tabaco sólo afectara al 20% de locales (los de más de 100 metros). A pesar de conseguir sus propósitos predijeron unas pérdidas del 8% de facturación y 23.000 empleos para 2007 debido al impacto de la tímida regulación del sector. Pero los datos oficiales de la Seguridad Social demuestran que los puestos de trabajo se incrementaron ese año en casi 50.000 y las pérdidas se transformaron en un incremento de facturación del 10% que los expertos en tabaquismo no atribuimos a la ley sino al ciclo económico.
Si hubiera un premio al Peor Pronóstico Económico del lustro sin duda se lo llevaría la FEHR. La pregunta es: cómo un sector tan importante para la economía es capaz de hacer tan pésimos pronósticos? Y es que los hacen aquí y en muchos otros países desde el comienzo de las regulaciones del consumo de tabaco hace ya 15 años. La respuesta es bien sencilla y en parte les disculpa. Los pronósticos, alarmistas, catastrofistas e infundados del impacto de las regulaciones no los cocinan las organizaciones de hostelería sino las empresas tabacaleras, que llevan tiempo infundiendo el miedo en el cuerpo a los empresarios del sector. Un documento interno de 2002 revela la transferencia de 75.000 dólares de una empresa tabaquera a la Asociación de Restaurantes Americanos (NRA) para financiar un estudio sobre el impacto económico de las "prohibiciones".
El "estudio" lo ejecutó una consultora habitual de las tabaqueras. Un pronóstico muy divertido fue el de la federación de bares belgas que auguró la pérdida de 20.000 puestos de trabajo en caso de prohibición total, cuando en ese sector solo trabajaban 14.000 empleados. La palabra más frecuente en los documentos internos de las compañías de tabaco es "acomodación". Ellos dicen que se pueden acomodar a clientes fumadores y no fumadores en un mismo espacio de "cortesía y tolerancia". Pero en realidad lo que hacen es procurar por todos los medios "acomodar" las legislaciones a sus intereses. Los intereses de las tabaqueras son muy claros: "la habilitación de zonas para fumar tiene menor impacto en nuestra cuenta de resultados" dicen literalmente. La ecuación: "prohibición total = ruina económica" no tiene credibilidad aunque se repita mil veces.
La mayoría de empresarios hosteleros son gente sensata y suelen reconocer en privado - y a algunos también en público- que tienen que adaptarse a los tiempos y que no tendrán pérdidas a medio plazo. Y es que salud y prosperidad son indudablemente conceptos compatibles.
Fuente: La Vanguardia
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