Jose Mari ya vive en espacios sin humo
Faustino Gómez, trabajador de la hostelería, nos acerca la emotiva carta de su compañero Jose Mari, enfermo de cáncer de pulmón.
“Hola, tengo 57 años y soy fumador pasivo, como la mayoría de vosotros, ya que es difícil no serlo y mucho menos si se trabaja en la hostelería.(…) En 1967 empecé a trabajar en la única salida que tenía, de camarero en un hotel, ese fue el inicio de mis años de trabajo en servicios, este periodo duró hasta 1979, en esta fecha se legalizó el juego en España, y pasé a formar parte de esta nueva profesión.(…) Supuso una mejora en lo laboral, no en lo que respecta al ambiente de humos, en esto creo que empeoró, ya que los clientes están de cara a ti y recibes el humo en la cara. (…)
Las revisiones de la Mutua incluían placas de pecho en aquellos años, y siempre me hacían la misma pregunta “¿eres fumador?” cuando les decía que no, nunca me aclaraban el por qué de la pregunta.(…) He sido una persona a la que me ha gustado salir en mountain bike, excursiones por el monte y salir en la temporada de setas etc. Se podría considerar que he llevado una vida sana, poco o nada de alcohol, no fumador y una familia de no fumadores.(…)
En febrero de 2009, empecé con una tos seca, en un principio no le di importancia ya que la tos, irritación de ojos, faringitis y afonía, son muy frecuentes en los fumadores pasivos, pero mi mujer inteligentemente insistió para que fuese al médico. (…)
En esos momentos (Junio 2009) yo estaba trabajando, iba andando a mi trabajo y dos veces a la semana, iba una hora y media al gimnasio, me encontraba en plena forma (…) La neumóloga me pasó esa misma mañana a oncología, el oncólogo me dijo que tenía un cáncer que afectaba al pulmón izquierdo y dos ganglios linfáticos en estadio IIIb, el tratamiento sería, cuatro sesiones de “quicio” y treinta de “radio” (…) Nunca podré olvidar dos de los peores momentos que he vivido, el primero fue el día que le dijimos a nuestros hijos que tenía cáncer, los lloros, la impotencia y la rabia, nunca me han visto enfermo y esto supera a cualquiera, el segundo, el día que mi hijo pequeño me vio vomitar, estuvo hasta altas horas de la madrugada llorando sin consuelo, (papá no quiero que te vayas etc...) esto rompe a cualquiera, ya que lo único que puedo garantizarles, es que lucharé con todas mis fuerzas (...)
Las sesiones de “quimio” comenzaban a las 8:30 horas hasta 17:45, el primer día y el siguiente, estaba como si me hubiesen metido un chute de algo (…) Últimos de febrero, siento un dolor lumbar y (…), resultado: tengo una costilla y una vértebra afectada de cáncer, nueva caída, nuevo golpe, hay que seguir no queda otra.(…) A pesar de que como me dijo el oncólogo, esta “quicio” la soportaría mejor, no me quitó el pelo pero me dejó sin voz y una anemia que me deja sin fuerza. (…)
Cuando los fumadores gritan por su derecho a fumar, derecho que nadie les niega, ya que sólo se les pide que no fuercen ha hacerlo a los demás, ¿estará este derecho por encima del mío a vivir y ser feliz con mi familia?, según mi visión no.
Aprovecho para agradecer a mi familia, el cariño, las atenciones, el apoyo moral y los motivos que me dan para seguir a delante, y a mi gato que tantas horas ha pasado conmigo en los momentos bajos de la quimio, y sus lloros cuando me ve vomitar por las mañanas. He de reconocer los esfuerzos, preocupaciones y atenciones de mi médico de cabecera y los profesionales de oncología, que también me han tratado, a estos últimos, tampoco me hubiera importado conocerlos en otro sitio.
Un abrazo, suerte y fuerza.