LOS BARES SE PLANTEAN SER CLUBES DE FUMADORES
La nueva Ley antitabaco está a la vuelta de la esquina, pero los hosteleros, que serán los más afectados, aún no se la toman muy en serio. La experiencia con la Ley que entró en vigor en 2006 y que apenas ha modificado los hábitos en bares, restaurantes y pubs les da argumentos para creer no será para tanto.
«Hecha la ley hecha la trampa», esgrime la mayoría de los empresarios del sector de la hostelería consultados en Badajoz, que apelan a la figura jurídica del Club de Fumadores como la alternativa para esquivar las restricciones que, seguramente a partir del 1 de enero de 2011, aplicará un gobierno que cuenta con el respaldo de todos los grupos políticos para sacar adelante una norma que ya se acata en muchos países.
La nueva Ley implicará la prohibición de fumar en los espacios públicos cerrados y esto preocupa en el seno de la Confederación de Empresarios de Turismo de Extremadura (Cetex), cuyo representante en la región, José Luis Askarza, admite que a nivel nacional ya se han celebrado este verano encuentros monotemáticos analizando las consecuencias para el sector. De aplicarse a rajatabla, los efectos serían «terribles», dice Askarza, quien cree que «la ley hay que verla con sensibilidad porque estamos hablando de sanidad pública, pero por otro lado debe tener en cuenta a la hostelería porque en España somos distintos. Tenemos otra forma de vivir y lo normal es reunirse a diario con las peñas de amigos en el bar para tomar algo y fumar un cigarro. Los autónomos que tienen esos establecimientos viven de estas peñas y dan trabajo a muchas otras, pero parece que la ministra (de Sanidad, Trinidad Jiménez) no se da cuenta. Tendremos que hacer algo».
Askarza se refiere claramente a los Clubes de Fumadores que la Ley recoge como excepción, aunque los reglamentos de las comunidades autónomas puedan matizar sus características. A priori, son lugares registrados como asociaciones donde se pueden servir bebidas si así se indica en sus estatutos y que interpretan al cliente de toda la vida como un socio. «Creo que hacia esa figura jurídica irán derivando los bares», intuye el presidente de Cetex, que en la próxima reunión de su junta directiva se abordará este asunto «para aclarar dudas sobre esta alternativa».
A Antonio Guerrero, empresario pacense que tiene cuatro locales de copas en la ciudad, «la idea de convertir el pub en club de fumadores me la dio quien me sirve el tabaco. Aún no he indagado demasiado para ver si es viable, pero creo que es a lo que se agarrará la mayoría».
Según Guerrero, prohibir fumar en los bares «será un problema muy gordo, sobre todo de cara al empresario, que no puede estar pendiente de que cientos de personas en un local no fumen. Creo que la Ley se ha hecho sin meditar cuando a un pub va gente mayor de edad que decide lo que hacer y lo que no».
Igual para todos
En el otro bando estaría Manuel Merino, que regenta el Bar Deportivo, en la calle Santo Domingo y opina que «si así se hace en aeropuertos, hospitales y otros sitios en los bares no habrá más remedio que prohibirlo. Se ha hecho en otros países europeos y no ha pasado nada», dice este empresario fumador que comparte en esencia el espíritu de la futura norma y asegura que aprovechará la coyuntura para dejar el tabaco.
Su único temor, añade Merino, es que no se aplique a todos por igual y que si en un bar no se puede fumar sí se permita en el de la competencia. «En ese caso, la caja manda», declara.
Por su parte, Fernando Álvarez, encargado de la cafetería Europa y con más de 30 años de experiencia en la hostelería, lo tiene claro: «en plena crisis esta Ley nos va a terminar de hundir. En mi negocio fuma el 90% de la gente que viene a tomar café y la máquina de tabaco cada vez vende más cajetillas. Yo pondré el cartel, pero no voy a llamar la atención a nadie que fume porque no soy policía y mi figura es la de vender, no perseguir. Ya he oído lo de los clubes de fumadores y me tocará hacerlo. Creo que el gobierno, si quiere que la gente no fume, que prohíba el tabaco, pero claro eso no le interesa por el dinero que ingresa gracias a los impuestos. Creo que al gobierno se le olvida que esto es España y no somos como el resto de Europa, donde van de casa al trabajo y del trabajo a casa. Aquí no, aquí se para antes en el bar. Sólo falta que nos prohíban el alcohol».