¿Por qué nosotros no? Acción Ciudadana por la Salud y el cambio de la Ley Española de Tabaco

EL MINISTERIO DE SANIDAD PROHIBE FUMAR EN LAS SOCIEDADES GASTRONÓMICAS

16/02/2011 DIARIO VASCO

Ya está claro. El Ministerio de Sanidad advierte de que la ley antitabaco prohíbe fumar en sociedades gastronómicas. No se sabe si con esta decisión la polémica termina o comienza, pero lo que sí es cierto es que desaparecen las dudas que existían en torno a las distintas interpretaciones de la norma. Un portavoz autorizado del Gobierno central ha confirmado a DV que el Ministerio entiende, y es definitivo, que «no está permitido fumar en espacios cerrados de otros clubes» que no sean específicamente de fumadores. El coto al humo del tabaco se extiende, además, a todo tipo de «asociaciones, sociedades civiles, culturales, recreativas, deportivas y gastronómicas».

La interpretación que el Ministerio de Sanidad hace de la ley tendrá especial incidencia en el País Vasco, donde se calcula que unas 150.000 personas pertencen a alguna sociedad gastronómica. Sus consecuencias, sin embargo, se harán extensibles al conjunto de España. Los hosteleros aguardaban expectantes la respuesta de Sanidad a este asunto. Confiaban en que les quedara por aquí un resquicio ...

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... legal para abrir en sus locales un hueco a los fumadores. ¿Cómo? Mediante la conversión del bar en una sociedad gastronómica. Pero eso, salvo que cambie la ley, no va a poder ser.

La normativa del Gobierno central, que entró en vigor el 2 de enero , está concebida como una ley marco, un convenio de mínimos de aplicación obligatoria en el conjunto del Estado. Todas las autonomías están obligadas, por tanto, a recoger en sus normativas propias lo que se diga en ese texto y en sus posibles interpretaciones. Sus leyes pueden ser más restricticas, pero no menos. Es el caso de Euskadi, que también ha abierto la puerta a la posible regulación del tabaco en los recintos deportivos al aire libre.

¿Qué alternativas les quedarán a partir de ahora a los hosteleros y socios gastronómicos? Básicamente, ninguna. Unos y otros, si lo que quieren es fumar o facilitar las cosas a los fumadores, tendrán que salir a la calle o invitar a sus clientes y amigos a hacerlo. No cabe otra.

Clubes de fumadores

Una de las lagunas que presentaban tanto la ley marco como la autonómica ha sido la referida a la prohibición de fumar en las sociedades. Servida la polémica, el Gobierno Vasco decidió apostar por la lectura que menos problemas podía traerle. Como regla general, la norma es de aplicación, según dijeron, en los «espacios cerrados de uso público» y las sociedades gastronómicas «son organizaciones privadas». El Ministerio, ahora, no comparte esa lectura.

La autorización que se da a los clubes de fumadores no tiene que ver, según el Gobierno de Zapatero, con su condición de organización privada, sino «con las características propias de la sociedad». Dicho de otra manera: ¿Cómo se va a prohibir fumar en un club de fumadores, donde supuestamente este hábito es su 'razón social'?

Las sociedades gastronómicas han de regirse, sin embargo, por un planteamiento distinto. Según el Ministerio son «espacios de uso público», es decir «accesibles al público en general» más allá de que su «titularidad sea pública o privada». La ley, por tanto, les atañe. No se puede fumar en su interior. Eludirla mediante la conversión de la sociedad en un club de fumadores tampoco será posible. La nueva legislación impone a este tipo de asociaciones unas condiciones tan estrictas que son de imposible cumplimiento para un txoko.

Los clubes de fumadores no podrán incluir entre sus actividades la comercialización o compraventa de nada, «ni bebidas, ni comidas, ni cualquier otro producto de consumo». El permiso para fumar también les impedirá alquilar, contratar y obtener autorización para utilizar con este fin cualquier espacio que no sea el de los propios locales del club. Deberán disfrutar de su tabaco «exclusivamente en el interior de su sede social». Y además, sólo los socios podrán acceder a su interior. Ni camareros, ni trabajadores invitados, ni personas de contacto, familiares, amigos, ni representantes de otras entidades. Nadie.

El cigarrillo electrónico, sí

Las sociedades gastronómicas se perfilaban como el último reducto para los fumadores. El Gobierno Vasco entendía que debían ser los propios socios quienes decidieran si querían convertir sus locales en espacios libres de humo. La polémica está servida. Gipuzkoa tiene registradas 753 agrupaciones gastronómicas; Vizcaya otras 457 y Álava, 220. Unos 150.000 socios, además de sus familias, amigos e invitados, se verán afectados, para bien o para mal.

Pero, ¿quién se salva de tanta prohibición? Pues sólo los 'vapeadores' que han apostado por el cigarrillo electrónico, que definitivamente sí van a poder apurar sus caladas y expirar el humo de estos artilugios en lugares públicos. La ley, según las fuentes consultadas, sólo regula «los productos del tabaco». Mientras no sean drogas ilegales, se puede.


NUEVA YORK PROHIBE FUMAR EN TODOS SUS PARQUES Y PLAYAS

03/02/2011 El Correo 3/2/11

El Consejo de la Gran Manzana aprueba extender el veto a los cigarrillos a la mayor parte de los espacios públicos de la ciudad

Fumar en Times Square, Central Park o cualquier otro parque, playa, embarcadero o plaza pública de Nueva York estará prohibido cuando previsiblemente dentro de tres meses entre en vigor una norma aprobada hoy por el Legislativo de la ciudad de los rascacielos.

El Consejo de Nueva York ha acordado extender así la prohibición del tabaco a múltiples espacios públicos de la ciudad, en lo que supone la medida más ambiciosa en este sentido aprobada en la Gran Manzana desde que su alcalde, Michael Bloomberg, lograra en 2003 vetar el tabaco en bares y lugares de trabajo.

"Este verano, los neoyorquinos que acudan a nuestros parques y playas para divertirse y respirar aire fresco podrán respirar un aire aún más limpio y sentarse en una playa que no esté llena de colillas de cigarrillos", ha señalado Bloomberg tras la aprobación de esta medida.

La normativa, que afectará a los más de 1.700 parques públicos de Nueva York y sus 22 ...

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... kilómetros de playas, ha de ser firmada ahora por el alcalde de la ciudad y entrará en vigor 90 días después de esa ratificación. "Nuestros esfuerzos de los últimos nueve años han dado lugar a más de 350.000 fumadores menos y ha contribuido a que los neoyorquinos vivan una media de 19 meses más que en 2002", ha añadido el alcalde en un comunicado.

Los detractores de esta iniciativa sostienen que prohibir el tabaco en espacios abiertos al aire libre y tan amplios como playas y parques supone una intromisión en las libertades individuales, al tiempo que discuten el efecto nocivo que el humo pueda tener sobre los no fumadores que se encuentren en las inmediaciones.

Combate sin cuartel

Desde 2003 en Nueva York no se puede fumar en restaurantes y bares, lo que incluso afecta muy a menudo a las terrazas de los locales y a las zonas de la calle cercanas a sus puertas. Además, está prohibido beber en espacios públicos y en las veladas veraniegas no es extraño, por ejemplo, ver a grupos de personas sentadas en Central Park sobre sus mantas de cuadros y en torno a una bolsa de papel marrón en la que ocultan una botella de vino para acompañar el 'picnic'.

El propio Bloomberg reconoció recientemente que la prohibición del alcohol en los espacios abiertos no tenía demasiado sentido, aunque desde luego no se muestra tan flexible con el tabaco, cuyo combate ha convertido casi en una batalla personal.

La eliminación del tabaco en parques y playas forma parte de un programa más amplio que establece también más impuestos sobre las cajetillas, cuyos precios en Manhattan superan los 10 dólares (casi 8 8 euros). "Las estadísticas no mienten: El humo mata a los fumadores pasivos. Nadie debería tener que inhalar el mortal humo de los cigarrillos cuando va a un parque o a la playa", ha indicado la concejal Christine Quinn, una de las principales impulsoras de la iniciativa. Quinn ha lamentado que "las tabaqueras no vayan a descansar en sus esfuerzos por reclutar a nuevos fumadores para reemplazar a los clientes que se mueren antes de tiempo por el uso de sus productos".

Cuando se planteó por primera vez esta propuesta, el pasado septiembre, las críticas se multiplicaron hasta el punto de que el propio Bloomberg tuvo que salir al paso con un comunicado en el que suavizó sus intenciones y reconoció la dificultad de aplicar la ley. "Sin embargo, hay ciertas áreas de los parques en que la restricción puede proteger la salud", añadió el alcalde, un ex fumador que desató la ira de los dueños de restaurantes y bares en 2002 cuando, nada más llegar a la alcaldía, propuso acabar con el tabaco en prácticamente todos los espacios públicos cerrados.

En cualquier caso, sus esfuerzos parecen dar sus frutos, ya que en 2007 ya solo fumaba el 16,9% de los neoyorquinos (frente al 21,5% de 2002) y, en general, existe un amplio rechazo social al tabaco, que en esta ciudad causa cada año la muerte de cerca de 7.000 personas.


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