¿Por qué nosotros no? Acción Ciudadana por la Salud y el cambio de la Ley Española de Tabaco

LOS MITOS DEL TABACO: “El control del tabaquismo costará empleos”

22/06/2010 Dr. R. CÓRDOBA y E. SAMITIER

En su intento por evitar una reglamentación razonable, la industria del tabaco ha exagerado los empleos que genera y los beneficios comerciales en los países productores, a la vez que alertaba de las supuestas pérdidas masivas de puestos de trabajo si los gobiernos tomaban medidas para proteger la salud pública. Según el Banco Mundial, estos argumentos se basan en maximizar el impacto del control del tabaco y omitir los negativos efectos sociales y sanitarios de esta actividad.

De hecho, los empleos que están desapareciendo como resultado de los cambios tecnológicos en la industria tabacalera son mucho más elevados que los que se perderían por unas políticas eficaces de prevención del tabaquismo. En 1999, tras la adquisición de la tabaquera Rothman por British American Tobacco (BAT), cerraron las fábricas de España, Australia, Malasia, Nicaragua, Papua Nueva Guinea, Singapur, Sudáfrica, Surinam, Suiza y el Reino Unido, con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo.

La última reestructuración de la empresa hispano-francesa Altadis supuso la pérdida de casi 900 empleos, buena parte de ellos en la factoría de Cádiz, ya castigada por la crisis industrial. La adquisición de Altadis por Imperial Tobacco ha supuesto en 2008 la desaparición de 830 puesto de trabajo con lo que se cierra la factoría de Alicante, Cádiz y Palazuelo (Cáceres)[1]. En la campaña de tabaco de 2006, hubo casi dos mil cultivadores menos que en la anterior, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), principalmente en las Comunidades de Extremadura y Andalucía. Hay que destacar que no se debió a la entrada en vigor de la Ley del Tabaco, sino al anuncio de supresión de las ayudas europeas al cultivo, prevista para 2010 y que ya no tiene vuelta atrás. En 2006, 300 agricultores cultivaron 10.043 hectáreas, datos que reflejan la concentración, en aumento, de este sector, y se cosecharon 7,3 millones de kilos, lo que supone una reducción del 22% sobre la cuota asignada a España. Además, sólo ocho empresas cerraron contratos de transformación, lo que supone tres menos que en 2005 [2]. En el Reino Unido, mientras la producción de cigarrillos aumentaba un 3% entre 1990 y 1998, los empleos en el sector descendieron un 75%.

Los cálculos del Banco Mundial mantienen que la puesta en marcha de políticas integrales contra el tabaquismo tendría muy poca o ninguna repercusión en el empleo total de la mayoría de países[3], puesto que el gasto en cigarrillos y artículos relacionados pasaría a otros productos y servicios. Expertos de ese Banco calcularon que en el Reino Unido el empleo aumentaría en un 0,5% si desapareciera el negocio del tabaco, mientras que en EE.UU. el impacto sería neutro: ni aumentaría ni se reduciría. El motivo es simple: cuando la gente deja de fumar, el dinero que anteriormente dedicaba a comprar cigarrillos va a otros bienes y servicios, de modo que se genera demanda y la creación de otros nuevos empleos y, en consecuencia, ingresos por impuestos e inversiones publicitarias alternativas.

En general, por cada 10% de descenso en el consumo de tabaco a través de cualquiera de las medidas enumeradas, se crearían hasta 15.000 empleos netos, según estudios realiza dos por el Gobierno del Reino Unido. De cualquier modo, se debe hacer énfasis en que una caída de la demanda mundial ocurrirá de manera lenta, durante varias generaciones.

Economistas independientes que han estudiado las quejas de las industrias tabacaleras llegaron a la conclusión de que éstas magnifican la pérdida potencial de empleos. A la cuestión de si es sostenible social y éticamente que unos beneficios económicos sectoriales obstaculicen pertinazmente la regulación de un producto tan nocivo como el tabaco, ha respondido en el mes de enero de 2008 el Gobierno de Nigeria. El país más rico de África ha denegado la construcción de tres nuevas plantas de tabaco y estudia demandar a la industria, que tiene en los menores de ese continente uno de sus objetivos preferentes[4]

En realidad la industria, según la organización transnationale.org, no para de destruir empleo en occidente tal y como se observa en el siguiente cuadro (ver tabla de la imagen que acompaña el texto). Además de destruir empleo desarrolla corruptas prácticas de cabildeo, contaminación ambiental a gran escala, delincuencia financiera, comercio ilícito, operaciones en paraísos fiscales y prácticas de márquetin y publicidad dudosas, según señalan los procesos judiciales abiertos en todo el mundo.

[1] EL PAÍS, 19-06-08. Imperial Tobacco eliminará 830 empleos en sus sedes de España.

[2] http://www.agroprofesional.com/noticias.php?id=80676&comu=&ztipo=1

[3] Banco Mundial. La epidemia de tabaco. Los gobiernos y los aspectos económicos del control del tabaco.

OPS-Banco Mundial, Washington, 2000.

[4] L.Cambra. Nigeria Tose a las tabaqueras. EL PAÍS, 23-I-2008.

Dr. CÓRDOBA, R. y SAMITIER, E., "50 Mitos del tabaco", Departamento de Salud y Consumo Gobierno de Aragón: 2009, pp. 127-128

Descargar libro (PDF): http://porquenosotrosno.org/web/documentacion/Libro_50_Mitos_Tabaco.pdf

 

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